Colegio del Faro Sede Benavidez

Campus


Ciudadanos globales y la escuela como “no lugar”

Por Darío Alvarez Klar, Fundador de Red Itínere. Nota Publicada en el Diario El Economista.

Las instituciones educativas, las familias y la sociedad son agentes educadores y hoy la escuela no es el único escenario donde el hecho educativo sucede. Incluso nunca lo fue, solo que ahora quedó en evidencia. Se rompió la frontera del afuera y del adentro, lo cual tiene consecuencias directas en las familias, los profesionales de la educación y los equipos ampliados de trabajo.

Hoy los Colegios de la Red son CAMPUS, donde la presencialidad y la virtualidad conviven y se retroalimentan.

Si ahora la escuela es un “no lugar”, ¿cómo se concibe el rol de los profesionales de la educación? Tenemos que asumir que este es otro espacio de transformación. Ahora debemos pensar en docentes curadores de contenidos, manejando nuevas herramientas, traspasando pantallas, generando vínculos en la presencialidad y también en la virtualidad. El trabajo docente ya no se mide en términos de conocimiento de los distintos temas, sino en la capacidad de conectar con otros, acompañar los recorridos, los diferentes medios, facilitando herramientas y motivando al aprendizaje. Siendo “curadores de información y experiencias “ y dinamizadores o facilitadores de desarrollo de habilidades.

En la Red Educativa Itínere decimos que la escuela está donde “encendamos” las ganas de aprender. Esta es la gran transformación que aceleró la pandemia en muchos casos, y en otros, la vino a consolidar: el aprendizaje debe cobrar vida más allá del lugar, de las fronteras del aula, del colegio o de los límites territoriales. La educación debe estar atenta a su entorno ya que es lo que tiene incidencia directa en lo que aprendemos y en cómo lo aprendemos. La fundadora de Arcix Formación España, Olga Casanova, habla de Influencers educativos y el desafío de transformarse en adultos inspiracionales. Para poder inspirar, para que el aprendizaje sea significativo, es necesario también contar con las herramientas y las capacitaciones adecuadas.

En una encuesta realizada el año pasado por la Red Educativa Itínere, descubrimos que el 87% de los docentes de Nivel Primario y Secundario que participaron encontraron nuevas herramientas en la virtualidad. El 90% manifestó que se siente capacitado para manejar dichas herramientas y el 89,5% indicó que piensan que podrán mantener estas herramientas de trabajo una vez concluida la virtualidad. El proceso personal de muchos profesionales de la educación, en pos de generar prácticas innovadoras, se ve reforzado en este contexto y ponen en evidencia el carácter irrenunciable de este camino.

Según la encuesta, 9 de cada 10 docentes reportaron un gran acompañamiento de sus pares. No es aleatoria la pregunta realizada, dado que no se aprende ni se enseña solo. La escuela debe garantizar la construcción de puentes entre las instituciones y las personas, especificando las responsabilidades, complementando fortalezas, asistiendo las debilidades e intercambiando miradas y acciones.

La escuela ya no es el único lugar en el sentido en el que la conocíamos. Ahora es además la nube, una pantalla, aplicaciones, ciudades, espacios en las ciudades, la oficina, nuestra casa, la conectividad, entre muchas otras cosas. Dejó de ser un lugar y se convirtió en un espacio presencial y además virtual, dinámico y escalable.

Hoy más que nunca, en estos tiempos de mucha volatilidad, los colegios son las comunidades abiertas de enseñanza, los vínculos que se establecen, en definitiva, la capacidad que tengan las personas que conformen la escuela para que el aprendizaje cobre sentido, mucho más allá del contexto en el que se lleve a cabo. Por todo lo mencionado anteriormente es que muchas veces hablamos de ecosistemas educativos abiertos, en los que no sólo importan los integrantes y elementos existentes, sino las relaciones que se establecen entre ellos, que son fundamentales.

Colegio del Faro